Nace en Buenos Aires el 14 de abril 					de 1894 y viaja tempranamente a Italia junto a sus padres. En Milán 					estudia en el Regio Collegio Tomasseo en el que obtiene una Licencia Técnica 					en 1909. De vuelta en nuestra ciudad, tras un breve período en la 					Academia Bolognini –entonces en la calle Callao–, ingresa a 					la Academia Nacional de Bellas Artes donde es compañero, entre otros, 				de Horacio Butler y Héctor Basaldúa.
			En 1921, tras el fallecimiento de su 					padre, viaja a Italia en compañía de su madre. Al año 					siguiente se encuentra con Butler en París y juntos recorren Alemania, 					Austria e Italia. Nuevamente en París, hacia 1924, realiza estudios 				en la Academia Julian y más tarde lo hace en el taller de Le Fauconier.
			Durante los veranos que transcurren 					entre 1923 y 1926, en compañía de Butler y Basaldúa, 					pasa largas temporadas pintando en la localidad de Cagnes, en el mediodía 					francés. Ya sin la presencia de Basaldúa, en 1930, los artistas 					reemplazan este balneario por el de Sanary-Sur-Mer, donde se les unen Raquel 					Forner, Alfredo Bigatti, Pedro Domínguez Neira, Alberto Morera y 				Leopoldo Marechal.
			En este período Badi establece 					su residencia en Milán,  no obstante, es en la capital francesa 					donde se constituye como activo participante del “grupo de París”. 					Junto a Héctor Basaldúa, Antonio Berni, Horacio Butler, Lino 					E. Spilimbergo y Juan Del Prete participa, en 1928, en el Primer Salón 					de Pintura Moderna que se realiza en Buenos Aires, en las salas de la Asociación 					Amigos del Arte. En este año también interviene en el Salón 				de los Independientes de París.
			Como todos los artistas del grupo, 					realiza envíos constantes a los certámenes argentinos. En 					1927 participa en el Salón Nacional con El saltimbanqui y Naturaleza 				muerta, obteniendo con esta última obra el Segundo Premio.
			Durante 1935 expone en forma individual 					en Amigos del Arte. En 1936, ya de regreso a Buenos Aires, abre en Corrientes 					1309 –junto a Horacio Butler– el “Atelier Libre de Arte 					Contemporáneo”. Ese mismo año obtiene el Primer Premio 					de Composición del Salón Nacional con la pintura Buenos 					Aires 1936 –inspirada en la demolición para el ensanchamiento 					de la calle Corrientes– y con El hombre verde consigue el 					Premio Adquisición “Martín Rodríguez Galisteo” en 					el XIII Salón Anual de Santa Fe. En 1937 participa en la “Exposición 					Internacional de París” realizando paneles decorativos junto 					a Lino Enea Spilimbergo. En el evento es distinguido, junto a otros artistas 					argentinos, con Medalla de Oro. Su obra La plaza es elogiada por 					Gilles de la Tourette en el diario La Nación. También 					en ese año gana el Premio de la sección de Acuarelistas concedido 					por la Comisión Nacional de Bellas Artes, alcanza otra distinción 					en el Segundo Salón Nacional de artistas decoradores y el Primer 					Premio de Pintura Mural de la Comisión Nacional de Cultura. Además, 					el Museo del Castello Sforzesco de Milán adquiriere una de sus obras 					para su colección. En estos años preside la recientemente 				creada Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (SAAP).
			Permanece en el país hasta 1939, 					año en que vuelve a Italia, donde se radica. Allí realiza 					pinturas murales y se dedica a la ilustración de diversas publicaciones 					entre las que cabe citar La lettura, revista mensual del Nuovo 					Corriere Della Sera y Martedi, semanario literario de la editorial 					Bompiani. Sin embargo, se mantiene en contacto con nuestro medio, realizando 					exposiciones y consecutivos envíos al Salón Nacional. En 1957 				la Academia Nacional de Bellas Artes le otorga el Premio Palanza.
			Sus obras integran importantes colecciones 					argentinas, entre otras las del Museo Nacional de Bellas Artes, Museo Eduardo 					Sívori de Buenos Aires, Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata, 					Museo Rosa Galisteo de Rodríguez de Santa Fe, Museo Juan B. Castagnino 				de Rosario y Museo Emilio Caraffa de Córdoba.
			Fallece en Buenos Aires, el 8 de mayo 				de 1976.
			Sus pinturas muestran sugestivos paisajes 					donde el espacio y las figuras que los habitan están inmersos en 					un clima escenográfico y misterioso, lo que las vincula a los nuevos 					realismos de los años ’20 y, específicamente, a la pintura 					metafísica italiana. Esta particularidad es quizás la que 					distingue su obra dentro del contexto general del arte argentino. Para tal 					fin, recurre a una representación de las formas mediante una concepción 					esquemática y sintética que evade cualquier tipo de elemento 					accesorio y una paleta de gamas altas que exacerba la luminosidad de las 					escenas, asignándoles un inquietante grado de irrealidad; estos elementos 					plásticos lo alejan de las convenciones de la pintura tradicional 				y lo aproximan a los lenguajes del arte moderno.
			Los temas privilegiados por Badi son 					aquellos derivados del mundo de los circos, las ferias y los teatros, así como 					también las composiciones de resonancias clásicas italianas, 					no obstante, obras como Descendimiento (1937), Nocturno español y Rehenes (1938) 					revelan la preocupación por la guerra civil española que el 					artista comparte con Raquel Forner, Demetrio Urruchúa y Antonio Sibellino, 				entre otros artistas argentinos que se ocupan del tema.