 pueden comprenderse perfectamente dentro de esta corriente estética, cuando Alberto Greco presenta un tronco quemado y dos trapos de piso enmarcados en el VI Salón de Arte Nuevo (Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, 1960), su obra toma otro rumbo. Lo mismo sucede cuando exhibe una camisa manchada de pintura con el título de La monja asesinada en la Galería Pizarro (1961). En ambos casos, el artista está menos interesado en problemas formales y de composición, que en trascender los márgenes que separan a los objetos artísticos de los extra-artísticos. Con este gesto sigue los pasos del readymade duchampiano,
 pueden comprenderse perfectamente dentro de esta corriente estética, cuando Alberto Greco presenta un tronco quemado y dos trapos de piso enmarcados en el VI Salón de Arte Nuevo (Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, 1960), su obra toma otro rumbo. Lo mismo sucede cuando exhibe una camisa manchada de pintura con el título de La monja asesinada en la Galería Pizarro (1961). En ambos casos, el artista está menos interesado en problemas formales y de composición, que en trascender los márgenes que separan a los objetos artísticos de los extra-artísticos. Con este gesto sigue los pasos del readymade duchampiano,  quizás sin proponérselo, pero comprendiendo que ese es el camino a seguir para reconectar a la práctica artística con la vida cotidiana. De aquí a sus Vivo Dito hay sólo un paso.
 quizás sin proponérselo, pero comprendiendo que ese es el camino a seguir para reconectar a la práctica artística con la vida cotidiana. De aquí a sus Vivo Dito hay sólo un paso. Poco después, en esa misma ciudad, comienza sus famosos vivo-dito, acciones en las que señala a personas, objetos o situaciones, transformando un fragmento de vida en obra artística por la simple mediación de su voluntad selectora. Como sostiene Luis  Felipe Noé: “La obra ya estaba hecha: había que dejarla allí donde se encontraba. Él, simplemente, la reconocía”.
 Poco después, en esa misma ciudad, comienza sus famosos vivo-dito, acciones en las que señala a personas, objetos o situaciones, transformando un fragmento de vida en obra artística por la simple mediación de su voluntad selectora. Como sostiene Luis  Felipe Noé: “La obra ya estaba hecha: había que dejarla allí donde se encontraba. Él, simplemente, la reconocía”. 
 realizada en el Teatro Laboratorio de Roma junto a Carmelo Bene y Giuseppe Lenti, y por el cual es expulsado de Italia, Greco se traslada a España, donde continúa con sus señalamientos en Madrid y Piedralaves. En esta última ciudad redacta el Manifiesto-Rollo del Arte-Dito, una tira de papel de más de doscientos metros en la que reúne reflexiones sobre el vivo-dito, recuerdos de infancia, noticias periodísticas y letras de tango, entre otros escritos.
 realizada en el Teatro Laboratorio de Roma junto a Carmelo Bene y Giuseppe Lenti, y por el cual es expulsado de Italia, Greco se traslada a España, donde continúa con sus señalamientos en Madrid y Piedralaves. En esta última ciudad redacta el Manifiesto-Rollo del Arte-Dito, una tira de papel de más de doscientos metros en la que reúne reflexiones sobre el vivo-dito, recuerdos de infancia, noticias periodísticas y letras de tango, entre otros escritos. Su estructura (collage de situaciones) y la participación del público lo convierten en uno de los primeros happenings realizados en Buenos Aires, cuando todavía no se habla de este género en nuestro país.
 Su estructura (collage de situaciones) y la participación del público lo convierten en uno de los primeros happenings realizados en Buenos Aires, cuando todavía no se habla de este género en nuestro país. con quienes mantiene una relación fluida. En junio, realiza su primer happening, La destrucción (1963), en el Impasse Ronsin, un terreno baldío lindante con los talleres de Niki de Saint Phalle, Jean Tinguely y Larry Rivers. Decidida a destruir toda la obra producida hasta ese momento, Minujín convoca a un grupo de artistas (entre los cuales se encuentran Christo, Lourdes Castro, Paul Gette, Erik Beynom y Jean-Jacques Lebel) para que intervengan sobre sus trabajos. Luego, un hombre vestido de verdugo los rompe con un hacha, la artista suelta pájaros y conejos, y finalmente rocía sus obras con nafta y las quema.
 con quienes mantiene una relación fluida. En junio, realiza su primer happening, La destrucción (1963), en el Impasse Ronsin, un terreno baldío lindante con los talleres de Niki de Saint Phalle, Jean Tinguely y Larry Rivers. Decidida a destruir toda la obra producida hasta ese momento, Minujín convoca a un grupo de artistas (entre los cuales se encuentran Christo, Lourdes Castro, Paul Gette, Erik Beynom y Jean-Jacques Lebel) para que intervengan sobre sus trabajos. Luego, un hombre vestido de verdugo los rompe con un hacha, la artista suelta pájaros y conejos, y finalmente rocía sus obras con nafta y las quema. una instalación habitable compuesta por una estructura de madera y una cubierta de fragmentos de colchones coloridos a la que el público puede ingresar, y que es el antecedente de ¡Revuélquese y viva! (1964), una de las dos piezas con las que Marta Minujín gana el Premio Nacional del Instituto Torcuato Di Tella. La otra se llama Eróticos en technicolor (1964) y está compuesta por una serie de colchones multicolores que penden de resortes y admiten igualmente la participación de los espectadores.
 una instalación habitable compuesta por una estructura de madera y una cubierta de fragmentos de colchones coloridos a la que el público puede ingresar, y que es el antecedente de ¡Revuélquese y viva! (1964), una de las dos piezas con las que Marta Minujín gana el Premio Nacional del Instituto Torcuato Di Tella. La otra se llama Eróticos en technicolor (1964) y está compuesta por una serie de colchones multicolores que penden de resortes y admiten igualmente la participación de los espectadores. La pieza está protagonizada por el gallo de los cubos de caldo Knorr y dos botellas de gaseosa Crush, con música de Rondano compuesta a partir de publicidades radiales y televisivas, canciones populares y otras apropiaciones de los medios, e involucra a los espectadores en quince minutos de acciones intensas.
 La pieza está protagonizada por el gallo de los cubos de caldo Knorr y dos botellas de gaseosa Crush, con música de Rondano compuesta a partir de publicidades radiales y televisivas, canciones populares y otras apropiaciones de los medios, e involucra a los espectadores en quince minutos de acciones intensas. 
 Ese mismo año, Marilú Marini convoca a una serie de artistas a realizar diferentes tipos de strip-tease “intelectuales” en su departamento: el resultado combina acciones más o menos creativas con diversos grados de desnudez, en general sólo sugerida.
 Ese mismo año, Marilú Marini convoca a una serie de artistas a realizar diferentes tipos de strip-tease “intelectuales” en su departamento: el resultado combina acciones más o menos creativas con diversos grados de desnudez, en general sólo sugerida.  En ocasiones, el impulso lúdico del happening es tan fuerte que aparece incluso allí donde no se lo convoca. Así, una exposición participativa del escultor Pablo  Edelstein a beneficio de CORDIC (Confederación de Recuperación del Incapacitado Cardíaco), con fotomontajes de Pablo Suárez y música de Néstor Astarita, en la galería Witcomb, termina en un aquelarre de telgopor cuando los asistentes utilizan ese material para armar su propia batalla campal de caos y diversión.
 En ocasiones, el impulso lúdico del happening es tan fuerte que aparece incluso allí donde no se lo convoca. Así, una exposición participativa del escultor Pablo  Edelstein a beneficio de CORDIC (Confederación de Recuperación del Incapacitado Cardíaco), con fotomontajes de Pablo Suárez y música de Néstor Astarita, en la galería Witcomb, termina en un aquelarre de telgopor cuando los asistentes utilizan ese material para armar su propia batalla campal de caos y diversión. 




 Sus actos parecen responder a la espontaneidad o a decisiones momentáneas insólitas. Durante el montaje de su exposición individual en la  galería Witcomb, en 1964, serrucha una de sus obras al comprobar que no entra por la puerta del local y la exhibe mutilada. Al año siguiente presenta la  instalación Nosotros afuera (1965) en el Premio Nacional del Instituto Di Tella, compuesta por un cuadro enorme que ocupa toda una pared, un obelisco y un huevo de yeso gigante. Al finalizar la exposición, se ve obligado a demolerlo ante la imposibilidad de sacarlo del lugar a través de sus puertas. Dos años más tarde compra un toro premiado en una subasta de la exposición rural con la idea de realizar una exposición que lo incluya (que se llamaría, probablemente, Gordo y Tao). Sin embargo, como no tiene el dinero para pagarlo, se ve obligado a anular la compra y a internarse en un hospital neuropsiquiátrico, para evitar un juicio.
 Sus actos parecen responder a la espontaneidad o a decisiones momentáneas insólitas. Durante el montaje de su exposición individual en la  galería Witcomb, en 1964, serrucha una de sus obras al comprobar que no entra por la puerta del local y la exhibe mutilada. Al año siguiente presenta la  instalación Nosotros afuera (1965) en el Premio Nacional del Instituto Di Tella, compuesta por un cuadro enorme que ocupa toda una pared, un obelisco y un huevo de yeso gigante. Al finalizar la exposición, se ve obligado a demolerlo ante la imposibilidad de sacarlo del lugar a través de sus puertas. Dos años más tarde compra un toro premiado en una subasta de la exposición rural con la idea de realizar una exposición que lo incluya (que se llamaría, probablemente, Gordo y Tao). Sin embargo, como no tiene el dinero para pagarlo, se ve obligado a anular la compra y a internarse en un hospital neuropsiquiátrico, para evitar un juicio. Ese mismo año, el artista comienza a abandonar los recintos expositivos y se transforma en un showman; participa en el programa televisivo del actor cómico Tato Bores y realiza presentaciones en diferentes lugares de la noche porteña, donde capitaliza las ideas y los recursos del happening.
 Ese mismo año, el artista comienza a abandonar los recintos expositivos y se transforma en un showman; participa en el programa televisivo del actor cómico Tato Bores y realiza presentaciones en diferentes lugares de la noche porteña, donde capitaliza las ideas y los recursos del happening. Así, la pieza construye una identidad singular con las aportaciones de la plástica, que se continúa en otras producciones del artista, como Aventura 1 y 2 (1967), Love & Songs (1968) y Futura (1968).
 Así, la pieza construye una identidad singular con las aportaciones de la plástica, que se continúa en otras producciones del artista, como Aventura 1 y 2 (1967), Love & Songs (1968) y Futura (1968). Su primer espectáculo, Bonino aclara ciertas dudas (1965), tiene lugar en el espacio El Juglar de su Córdoba natal. Según el artista, su intención es aglutinar a la gente alrededor de un evento y aportar una mirada crítica sobre el mundo, pero evitando toda estructura teatral. La pieza se presenta entonces como una lección, en la que Bonino, vestido de maestro, con un pizarrón, unos libros y un mapa, habla con la gente en un idioma inventado e incomprensible. El éxito es inmediato. Marilú Marini ve el espectáculo en Córdoba y lo anima a presentarse en el Instituto Di Tella de Buenos Aires, donde tiene gran repercusión durante varios meses.
 Su primer espectáculo, Bonino aclara ciertas dudas (1965), tiene lugar en el espacio El Juglar de su Córdoba natal. Según el artista, su intención es aglutinar a la gente alrededor de un evento y aportar una mirada crítica sobre el mundo, pero evitando toda estructura teatral. La pieza se presenta entonces como una lección, en la que Bonino, vestido de maestro, con un pizarrón, unos libros y un mapa, habla con la gente en un idioma inventado e incomprensible. El éxito es inmediato. Marilú Marini ve el espectáculo en Córdoba y lo anima a presentarse en el Instituto Di Tella de Buenos Aires, donde tiene gran repercusión durante varios meses.
 con textos de Marta Minujín, Alicia Páez, Roberto Jacoby, Eliseo Verón, Eduardo Costa, Madela Ezcurra, Raúl Escari y Octavio Paz. Poco tiempo antes aparece El happening,
 con textos de Marta Minujín, Alicia Páez, Roberto Jacoby, Eliseo Verón, Eduardo Costa, Madela Ezcurra, Raúl Escari y Octavio Paz. Poco tiempo antes aparece El happening,  la versión española del libro homónimo de Jean-Jacques Lebel, quien había visitado Buenos Aires para dar una conferencia y realizar una acción que termina en escándalo.
 la versión española del libro homónimo de Jean-Jacques Lebel, quien había visitado Buenos Aires para dar una conferencia y realizar una acción que termina en escándalo. 


 En cambio, Sobre happenings muestra más el interés por la mediación que producen los soportes de información en la transmisión de las experiencias artísticas.
 En cambio, Sobre happenings muestra más el interés por la mediación que producen los soportes de información en la transmisión de las experiencias artísticas.



 Las grabaciones se presentan con su sonido distribuido en el espacio del auditorio, gracias a los aportes de Fernando Von Reichenbach, el ingeniero del lugar. Esta experiencia está en la base de los Tape Poems (1969) que Costa realiza junto a John Perreault en Nueva York, en los que propone a diferentes artistas la creación de poemas pensados exclusivamente para ser grabados en cinta magnetofónica y ser escuchados en reproductores de sonido.
 Las grabaciones se presentan con su sonido distribuido en el espacio del auditorio, gracias a los aportes de Fernando Von Reichenbach, el ingeniero del lugar. Esta experiencia está en la base de los Tape Poems (1969) que Costa realiza junto a John Perreault en Nueva York, en los que propone a diferentes artistas la creación de poemas pensados exclusivamente para ser grabados en cinta magnetofónica y ser escuchados en reproductores de sonido. Poco tiempo antes, Roberto Jacoby realiza una experiencia similar (Circuito automático, marzo de 1967): empapela diferentes lugares públicos con un cartel que indica un número telefónico entre los rostros de un hombre y una mujer. Cuando alguien llama, un contestador telefónico le responde: “Usted ha cerrado así un circuito comunicacional que empezó cuando leyó los carteles y termina ahora… este circuito no informa sobre nada, sólo habla de sí mismo y usted puede seguir escuchando o cortar la comunicación”.
 Poco tiempo antes, Roberto Jacoby realiza una experiencia similar (Circuito automático, marzo de 1967): empapela diferentes lugares públicos con un cartel que indica un número telefónico entre los rostros de un hombre y una mujer. Cuando alguien llama, un contestador telefónico le responde: “Usted ha cerrado así un circuito comunicacional que empezó cuando leyó los carteles y termina ahora… este circuito no informa sobre nada, sólo habla de sí mismo y usted puede seguir escuchando o cortar la comunicación”. 
 Este proceder se percibe en las obras de ciertos artistas pop, como Robert Rauschenberg, y en la del gran referente del arte actual, Marcel Duchamp.
 Este proceder se percibe en las obras de ciertos artistas pop, como Robert Rauschenberg, y en la del gran referente del arte actual, Marcel Duchamp. De esta forma, el transeúnte puede confrontar el texto con su propia percepción, experimentando la discontinuidad entre ambos registros.
 De esta forma, el transeúnte puede confrontar el texto con su propia percepción, experimentando la discontinuidad entre ambos registros. En un proyecto de 1967, Esto es un juicio, imagina una mesa redonda donde los espectadores son convocados a participar con temas preestablecidos y los integrantes de la mesa replican con respuestas grabadas de antemano. La idea es exponer un formato de comunicación (en este caso, una mesa redonda) como el lugar donde se actualizan patrones sociales y no se produce verdadera información. Ese mismo año realiza 500 Watts 4.635 KC 4,5 C (1967), una instalación interactiva basada en otro concepto clave (también desarrollado por Oscar Masotta en sus cursos): la desmaterialización.
 En un proyecto de 1967, Esto es un juicio, imagina una mesa redonda donde los espectadores son convocados a participar con temas preestablecidos y los integrantes de la mesa replican con respuestas grabadas de antemano. La idea es exponer un formato de comunicación (en este caso, una mesa redonda) como el lugar donde se actualizan patrones sociales y no se produce verdadera información. Ese mismo año realiza 500 Watts 4.635 KC 4,5 C (1967), una instalación interactiva basada en otro concepto clave (también desarrollado por Oscar Masotta en sus cursos): la desmaterialización.  La obra consiste en un haz de luz que impacta sobre una celda fotoeléctrica conectada a un sistema sonoro; cuando el público atraviesa el recorrido luminoso produce diferentes sonidos que invaden la habitación.
 La obra consiste en un haz de luz que impacta sobre una celda fotoeléctrica conectada a un sistema sonoro; cuando el público atraviesa el recorrido luminoso produce diferentes sonidos que invaden la habitación. Si la moda puede ser comprendida como un lenguaje, entonces es posible crear poesía a través de ella: tal es el punto de partida de este espectáculo donde los artistas invitados (Andy Warhol, Claes Oldenburg, Alfredo Rodríguez Arias, Juan Stoppani, James Rosenquist, Susana  Salgado, entre otros) realizan una prenda a la manera de un poema. La presentación sigue todas las pautas de un desfile de modas, con pasarela y locutor, pero es en realidad una reflexión sobre el propio sistema de la moda y sus modos de significación.
 Si la moda puede ser comprendida como un lenguaje, entonces es posible crear poesía a través de ella: tal es el punto de partida de este espectáculo donde los artistas invitados (Andy Warhol, Claes Oldenburg, Alfredo Rodríguez Arias, Juan Stoppani, James Rosenquist, Susana  Salgado, entre otros) realizan una prenda a la manera de un poema. La presentación sigue todas las pautas de un desfile de modas, con pasarela y locutor, pero es en realidad una reflexión sobre el propio sistema de la moda y sus modos de significación. la Fiesta del terror
 la Fiesta del terror  y la Fiesta de la nieve.
 y la Fiesta de la nieve.  Su carácter lúdico, alegre y despreocupado (aunque cargado de cierta ironía) contrasta con la creciente politización de algunos artistas del Di Tella y del Grupo de Rosario. Es, de alguna manera, la contracara de ese momento incierto marcado por el gobierno militar de Juan Carlos Onganía, que todavía no deja prever la magnitud de la crisis institucional que se avecina.
 Su carácter lúdico, alegre y despreocupado (aunque cargado de cierta ironía) contrasta con la creciente politización de algunos artistas del Di Tella y del Grupo de Rosario. Es, de alguna manera, la contracara de ese momento incierto marcado por el gobierno militar de Juan Carlos Onganía, que todavía no deja prever la magnitud de la crisis institucional que se avecina.